lunes, 30 de marzo de 2009

TODO COMIENZA CON UN ERROR ?



Despertó con las caricias del suelo en su espalda.
Se tomó el cuello, recordando la enésima visita esquivada a fisioterapia.
De regalo: una gran sensación a “calabozo”. Flanqueado por ascensos, paredes y mobiliarios, con cierta hierba aún en su paladar, miró alrededor y se recriminó “No puedo creer lo que hice”.
Además del amor del cerámico, su cuello y su pecho no podían mentir sobre una noche compartida. Cada “huella” ardía, pero no tanto como su recuerdo.
“¿Cómo podés dormir así?”, y la abrazó.
“¿Cómo llegaste aquí?”, y empezó a besarla.
Hacía mucho había amanecido, la plena mañana los encontró entre anécdotas y mimos, pequeños y tímidos, pero mimos al fin…
“Esto puede terminar abruptamente”, pensó mientras su lengua resistía la de ella. “No será trágico, pero será irremediablemente triste. Quizás, no debería bajar la guardia”, y ya ni sus manos ni su ropa resistieron mucho más.

Se despidieron rápidamente.

Antes, ella había tomado su brazo.
“Cual pareja de antaño, momentos antes de que el caballero pida la mano de su amada”, no lo dijo, simplemente la apretó cuanto pudo contra sus costillas.
Caminando lado a lado juntos, íntimamente juntos desde hacía algunas horas, sólo mantuvieron sus miradas y apretaron los labios. El sintió que ella se iba demasiado a prisa, que un domingo es un domingo a fin de cuentas, estés o no de descanso. Que, quizás, más tiempo sólo sería perjudicial para su reluciente armadura recién estrenada. “Por ahí, sólo es esta vez, y no se repite. Por ahí no estuve bien y mis 15 segundos de fama se esfumaron”, se dijo y partió hacia el noreste.
Durmió poco, almorzó sin ganas, luego simplemente se entregó a la exquisitez de la vida familiera del domingo. Almorzó, discutió políticas y perspectivas empresarias, todo lo usual.
Pero, toda ella no dejaba su piel. Nada de nada lograba quitarle sus suspiros de los oídos, su temblor de las manos, toda esa excitación contagiada y padecida, tan visceral, tan febril, tan incontenible, tan falta de fin…
“¿Debería llamarla? O no, y pretender que fue sólo una noche“.
Mil formas de comportarse lo ocuparon todo el día, hasta que cayó dormido.
En sueños, mil veces recibió sus besos y halagos. Mil veces escuchó “hermoso” al oído, mientras no lo dejaban ir, y le exigían cada vez un poco más.
Despertó violentamente, trató de olvidar, abrió de par en par su ventana, pero el aire de la madrugada sólo trajo más sensaciones inevitables a su piel. Resignado, volvió a acostarse, dejando que de su piel ella hiciera cuando deseara y comenzara a dejar mucho más que marcas, dejando que la trascendiera y comenzara a dirigirse hacia su corazón. Ese pequeño detalle aún vivo y latiente que, tras cada encuentro, iría entendiendo que a él comenzaba a llegar mucho más que vida…

(hoy dedicado a maryjo, porque los buenos -dios mediante- nos encontramos, porque la internte SI PUEDE ser milagrosa, porque sin tanto consejo hoy no entendería mucho, porque algunos hombres podemos sentir, porque indudablemente cada mujer es una diosa, porque no puedo más que agradecer tu amistad. gracias maría josé)

2 comentarios:

  1. Matï: no quería llorar, pero me terminó ganando la historia, la dedicatoria, A Diosssss agradezco y a la Vida que pese a las equivocaciones consecutivas que tube... Hay Amigos que me Quieren.. y me Aceptan con mis errores, debilidades y virtudes. Te Quiero Muchoooooo !!!!! Sos un Solsito de persona.

    Romy y vos hicieron mucho por mí Hoy...

    Gracias por los consejos y el cariño!.-


    T QUIERO MUCHO ---- MARIA JOSE -----

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