lunes, 27 de abril de 2009

SALTO AL VACÍO



"... yo... ¡te amo!".
Sólo luego de decirlo lo sintió como propio. La articulación de vocales y consonantes efectivamente le pertenecía. La entonación exhibía el mismo caso, sólo que su desahogo lo atribuía a la sucesión de estados de ánimo tan desparejos, irremediables, y cotidianos que habían dejado de ser certezas.
También sintió que su confesión no era, quizás, la más feliz.
"te amo...". Y entonces sí: se sintió orgulloso. Levantó la vista y halló su rostro, entre nervioso y anonadado. Recorrida por el asombro, cierta carga nerviosa y un poco de frío, aquella cara de risas prolongadas, de boca hermosa y ojos hondos -tan hondos que él le había dedicado "demasiadas páginas", según su propio entendimiento-, no lograba dar una respuesta audible.
"... sé que no debería, que no hablo lógicamente, al menos no para vos. Nuestro contacto fue hecho, nació más bien, de desencuentros más que encuentros. De circunstancias grises y extremas, creo yo. Nada de esto impide que me sienta así, nada me impidió llegar hasta aquí a decir esto...". Antes había encontrado aquella lejanada nada, innumerables veces, en rutinas, en tareas, en llamados desesperados a su orgullo. Su propia naturaleza lógica mil veces lo había amparado, mil veces lo había puesto "en el camino", un mil veces sofocó ánimos "regaleros" -esto último lo divertía mucho-.
"... también me doy cuenta que no podríamos ser más distintos. Que a vos y a mí -probablemente- las cosas nos afectan de maneras opuestas, quizás por mi falta de madurez, quizás por tu misma furia, o quizás porque prefiero pensar y por lo mismo tiendo a tomar asiento frente a las cosas, y no soy tan...". Sus dilemas no eran pocos: sabía grandemente milagroso su sentir, sabía que tenía todo en su contra. Esto le había quitado el sueño suficientes veces y lo había traído hasta aquí. Una noche joven, con llovizna, con una pizca de invierno, justo como le gustaban. Quizás no exactamente como ella las prefería.
"... nunca creí tener chances con vos. A decir verdad, me siento realmente poco. En vos veo una reina, ¿sabés? Sólo verte ir y venir, sólo mirarte mirar el suelo a paso apurado, sólo esas pequeñeces me alegran el día. ¿Soy patético, viste? Con más nada que poco sonrío, nada más de escucharte, encontrarte, ¡más ya no digamos charlar con vos! La primera vez que el alma se me detuvo fue al abrazarte, tímido, minúsculo, insignificante, pero a mí me puso en otra frecuencia ese abrazo. Que mucho tuvo de impropio, que mucho tuvo de accidente, pero a mí me dejó en otro lugar. Un lugar al que nunca creí volver, pero que adoro, porque sentir en el alma ya lo extrañaba mucho". No lo pudo evitar y a medida que el relato se le escurría entre los dedos, cálidas y tristes lágrimas lo traicionaban, lo hacían mirar el suelo, lo hacían sentirse un looser. Sabía que su resultado era "perdedor" desde que la había encontrado. Siempre albergó la esperanza, siempre deseó creer en algo más que lo que su lógica -a esta hora maldita- le indicaba con sus fórmulas tan gastadas como vigentes.
"... sé que es muy poco. Que demasiadas veces te lo dijeron, probablemente -seguramente (más lágrimas)- con más fortuna que yo. Soy poco, soy limitado, soy un miope escritor, un pésimo poeta, me vuelvo nada cuando siento. Me expongo quizás más sinceramente, perdiendo de vista lo que debería hacer. Pero nuevamente siento que el corazón me explota, veo delante mío a un sueño, que ahora sé que existe, y sé que se puede creer en más que lo que nos toca. Me siento ajeno, irrespetuoso por hacerte perder tiempo, pero necesitaba decirlo. Necesitaba que lo oigas, porque... Porque lo arriesgaría todo de nuevo, porque lo intentaría todo por vos, porque te soñé tanto que llegué a conocerte, porque ya no sé en qué creer, no sé hacia dónde iré, no sé si quiero despertarme mañana cuando sé que ésta será la última vez que te vea. Sólo sé esto que siento, esto que me agota cuando llega la noche, que me empuja a lo largo del día, y que me sorprende en cualquier segundo, escribiendo sobre tu belleza, sobre tus palabras e incluso sobre tus obligaciones, o sobre las peleas que nunca tendremos, o sobre el placer que sueño entregarte... No quisiera, pero siento que debo pedir perdón, hoy llueve y estás aquí escuchando a nadie intentar una locura. Te amo, sólo sé que es cierto, que necesitaba que te enteres y... que voy a tratar de vivir con eso..."

TEMA RECOMENDADO: slow moves, JOSE GONZALEZ.

1 comentario:

  1. wow q paso???? (acá puedo hablar?)... q paso con lo degente q mata gente???...

    MATIAAAAAAAAAAAAAS! Me siento Britgeet(no se como se escribe) Jones...=S

    ResponderEliminar